sábado, noviembre 19, 2005

Limbo: lugar de entes inertes

Vivo en el limbo... soy el macehualtín, jaguar dormido bajo el cielo ronrroneante del infinito. Sobre la espesura del asfalto, entre las estructuras de acero, frente a los vidrios formados y levitando; soy el macehualtlín, de jade y plata, de piedra y fuego, de viento y agua, de chamizo y madera.
Llevame camino a donde el viento me guía a la aridez del sueño, a donde volveré a ser elementos en uno sin sentir el destierro. Comunícame con las aves nuevamente, guíame a donde está la música, al sitio en el que el silencio calla a los ecos, mientras los murmullos se olvidan por siempre.
Luz de jade, préndete de mi cuerpo, ilumina el último sitio donde el águila descansó, en el nido de los sueños, en la espesura del desierto, de la tundra, de la montaña, del suelo y el cielo.
Soy macehualtlín, jaguar en encierro.