domingo, abril 30, 2006

Lágrimas aleatorias

Epidemia en un cuerpo que se compone de millones de elementos, enfermedad terminal, catastrófica suerte de vampiro, luces matando, oscuridad recordando.
Y siempre he pensado que el fatalismo es la manera más barata de sentirte inteligente previniendo las represalias escudadas en el desinterés. Asqueroso mundo trillado de seres superficiales e infelices.
Maneja, he encontrado otra vereda, un camino menos violento; me siento tan, pero tan solo. Atrás del volante, entre el cigarro y la botella, respirando humo, platicando de la cotidianidad, ya lo decía el cubano cantor: el colmo de la vida es contar lo que nos pasa.
¿Platicamos de algo más?