viernes, septiembre 08, 2006

Venenos de medidas variadas

Me transformo en sílabas perturbadoras, que despiertan conflictos y odio, me convierto en aire con láudano, una droga docificada por el humo que se elevaba al sitio de donde nadie desea bajar, en el paraíso incesante e incorrompible, el que siempre existe, el que nunca termina.
Pienso en las señales que los sentidos ofrecen, las voluntades, las verdades de la esperanza dejada en el olvido.
Y nos llamarán del lugar lejano y cercano, nos buscarán para evitar que volemos, que nos elevemos a donde el oxígeno es escaso, en el cielo de las aves, en el cielo de las nubes, en la altura de los duendes eléctricos, donde vuelan los ángeles.
Nos verán entre el alma y el cuerpo, sobre el techo del cielo, bajo el manto de sus ojos, al costado de los que nunca fueron, a la altura de los inmortales.
Seremos sueños.