Mi primer recuerdo, el más puro de mi existencia, el menos tergiversado por mi experiencia, sucede en mi infancia, en el momento más bello de la vida.
Frente a un espejo me observaba y me reconocía por vez primera, era apenas un bebé. Tras de mí un cuerpo se dibujaba de sus rodilla a las caderas, una mujer me miraba, su mano me acariciaba lentamente y dejaba caer sobre mi cabeza pinturas, amarilla, azul y roja, corrían espesas gotas de mi frente a mis pies, sentado viéndome al espejo, me reconocía con los colores invadiendo mi cuerpo, después otra figura masculina se acercaba y de la mano tiernamente se alejaban de mí. Esa fue la última vez que miré a mis padres, ese mismo día murieron.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario