jueves, julio 21, 2005

Alberto X (fragmento cap I)

Hoy no tengo mucho que decir, al final del día los significados se vuelven indiferentes, lejanos. Sólo miradas y suspiros enmarcan la razón.
La lejanía de aquella mujer, su encuentro, los pensamientos que envuelven, que matan, que guían, que hacen sufrir, vivir, temer, cantar.
Reaccionas a un nombre, a un conjunto de signos que le dan significado a algo que no logramos entender. Aún así entendemos ciertas cosas. Entendemos que el sol no se oculta, no, la tierra es la que gira y nos oculta el sol. Entendemos que no somos un nombre, yo no soy Alberto X, soy un ser distinto al que todos llaman.
Hay nombres que sólo existen para formar poesías, para hablar de amor. Hay nombres que sólo se hicieron para ser portados por héroes, guerreros, santos y dioses.
Lamento mucho decir y aceptar que el mio no sirve para la primera o segunda cosa. Mi nombre sirve para enunciar a un esclavo, para llamar al que vive en las sombras, para gritarle lo poco que vale; mi nombre se creo a imagen del caído. No es tan poco común mi nombre, no es tampoco ajeno a los lugares comunes donde todos se encuentran. ¿Cuántos sonidos me llaman? ¿Cuántos sonidos te llamaron?
Sigo escondiéndome en el clóset, sigo apagando la luz para no ser seguido. Aún hoy mantengo el crucifijo bajo la almohada. Tal vez no lo entienda nunca, es posible que mis extrañas costumbres se tornen lamentables con el tiempo pero no lo puedo evitar, llámame entonces por mi verdadero nombre, deja lo invento contigo a mi lado, cierro ahora tu libro, lo aparto, te veo y suspiro.
Simplemente hoy no tengo mucho que decir.

1 comentario:

Abe dijo...

borraste mi comment, ni modo, te pongo otro porque me caes rebien