viernes, julio 08, 2005

El sueño rodeando

Caminemos de regreso a la tienda principal. Estoy cansado.
Admiro el paisaje. Los ojos del águila viendo el pasto más verde. La luz es más clara, la noche se esconde. Los alrededores se oscurecen pero no así el camino. Siempre rodeado por el agua, por el sonido, por la piedras y los peces que silenciosos se mueven. Miro al animal acechar. Como siempre nos persigue, es sólo por su signo, nunca lo hace por molestas, más bien por verificar que no lo traicionemos de nuevo.
Recuerdo los lugares de cuando era niño. Parecía que mi mundo no tendría fronteras, las campanadas despertaban a todos, el dulce sonido de las aves jugueteando con el aire.
El pasto más verde, la luz más brillante, sin miedo a caer, con el sudor en la frente, con la tierra en las manos. La carcajada no esperaba una hora específica.
Después de esos años, me dí cuenta que antes de nosotros no hubo caos, no hubo desorden, ese Dios nos engaño, nos hizo creer que el orden llegó con nosotros, con nuestro mundo, jamás fue cierto. El caos es el final total, no un retorno a la normalidad, ni el encuentro con el hombre mismo, ni el viaje al paraíso. El final, el final total es el caos, el último y más grande caos que las estrellas hayan visto.
Las alturas cada vez son más cercanas y los precipicios menos hondos ¿Cuándo encontraremos el límite, cuándo dejaremos de buscar la respuesta a la pregunta? Soluciones baratas y temporales, primero respondemos a lo inmediato y después a lo infinito. Patético ser humano. Gritando para ser escuchado, corriendo para no ser alcanzado, soñando para no vivir y viviendo para no morir. ¿Cuál es el final de la historia?
La ocuridad acaso, un recuerdo vano de una tribu sobreviviente, el país en un planeta lejano. ¿Cuándo termina la historia? ¿Cuando el historiador muere o cuando ya no haya nadie que la lea?
El fin es más lejano de lo que se siente pero más cercano de lo que se cree en verdad. Mientras busquemos la puerta, esa que nos lleva al paraíso. La que nadie controla, la que es el premio de unos cuantos, la que se encuentra sin seguir las reglas, la que se encuentra siguiendolas, la que está esperando.
La puerta que lleva al paraíso.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Supongo que hoy todos quieren respuestas. Todos hacen preguntas y la puerta del paraiso no tiene ni siquiera buson para quejas o sujerencias. El mundo mundano. ¿Qué se le va a hacer?