domingo, julio 17, 2005

Luz de Jade: Carta a ella (fragmento)

Mientras caminabas como ángel, con tus alas extendidas al cielo, yo te observaba. Miraba el firmamento, buscando el verdadero color del amor. Amor, palabra demasiado gastada y sin sentido ahora para que te hable de ello.
Cambiemos entonces el significado mientras caemos en las palabras, en los juegos de manos, en la pequeña escalera pintada, subamos al columpio, juguemos en la resbaladilla. Yo sólo tengo cinco años tú siete, no te preocupes, me gusta aprender las cosas del amor.
Enséñame a cortar una flor y dime cómo dártela, explícame el facinante proceso de poner en el cuaderno el corazón y dime cómo se dibujan las flechas y las gotas de sangre. Toma mi mano mientras nos sentamos en el suelo para ver la película del cinito. Dime que te gustan mis labios, dime que te gusta mi sonrisa, dime que mi ombligo es bonito y que mis ojos cuando les da el sol se ven hermosos; deja te digo como me encantan tus rizos claros, tus ojos color miel, tus manos lindas, tus cachetes, tu pequeño uniforme que te hace ver tan niña, tan favorita de todos.
Dime otra vez tu nombre, que ahora me enamoro de tu persona no de tu identidad, suspira y dime cómo hacerlo. Ya sé que vives en esa casa blanca con rejas y puerta café te he visitado y en sueños lo sigo haciendo.
Sueño contigo, de verdad lo hago, nos tomamos de la mano, te beso la mejilla y tú mi boca, te veo caminando y sonriendo, me encanta tanto que me tomes de la mano. Mi primer beso, mi primera caricia, sobre tu cabello, sobre tus pequeños labios, sobre los mios, tú mi primer verdadero amor.
Y repito tu nombre mil veces y no me canso, siento que lo puedo olvidar sino lo digo, María Luisa. ¿Porqué me separan de ti? ¿Porqué me llevan a donde no existen seres como tú? Mi niña, mi pequeña María Luisa ya eres una mujer, yo intento ser hombre, trato no recordarte, no pensar más en ti. Cosa extraña, he olvidado los nombres de personas que conocí hace media hora sin embargo aún no olvido el tuyo. Pero te aseguro que es porque tú tuviste lo más especial de mi, lo más noble que pude tener alguna vez, el amor de la inocencia. ¿Recuerdas la canción? Esa que te canté, lo primero que escribí, a ti entregué mi primer pensamiento de amor en papel.
Te quiero
dulce amor de mi vida,
cuándo voy a volver,
porqué me llevan lejos de ti.
Te quiero
dulce amor de mi vida,
yo no sé qué pasó,
porqué me quitan de tus brazos,
yo no sé qué pasó
porqué me llevan lejos de ti.
Te quiero
dulce amor de mi vida,
yo siempre te voy a amar,
dulce amor de mi vida,
dulce ángel de mi vida...
Jamás volví a ser el mismo, me sentí traicionado por todos los que me rodeaban. Y pudimos ser un amor de siempre, pudimos no serlo, pero quiero creer que sí lo hubieramos sido. Después de ti, hubo muchas no puedo negarlo; pero de las tantas nunca logré sentir lo que me hizo una. Tal vez por eso me transformé a esta manera, tal vez por eso me volví odioso, lleno de deseos pero no de sentimientos. Debo aceptarlo, soy un ser vacío, sin fuerza, sin cordura, un ser que no ofrece nada a cambio de vivir; ahora sé el orígen, nuestra ruptura. Después de ti no volví a portarme así, como un niño.
Yo sigo buscando la puerta verde que lleva al paraíso, esa que tanto te mencioné y que me ayudaste a dibujar.
¿Recuerdas? Tú fuiste la primera que me llamó Jaguar. Yo te di tu misión, y comenzate la búsqueda del jade irrompible. ¿Lo habrás encontrado, lo tendrás en tus manos?Yo por mi parte no he dado con la puerta, pero sigo buscando.
Temo decirlo, pues no sé si aún como cuando niños lo hagas, pero repito tu nombre en mi mente y pienso en tus rizos claros, cierro los ojos y en mis sueños te busco, a veces te encuentro, a veces sé que estuviste ahí por tu aroma a lavanda.
María Luisa, mi niña, mi amor, mi Jade, mi puerta al paraíso, sigo siendo tu buscador, el niño que se convirtió en Macehual, el Macehual que se hizo Jaguar y el Jaguar que se volvió un sueño.

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