jueves, julio 07, 2005

De relación con tu mundo (carta responsoria a Emilia)

Sé que muchas veces me has preguntado las razones de mi situación. Son imposibles de enunciar en su totalidad. Cuestión que no has comprendido. Entiendo o por lo menos trato de entender que quieres algo más seguro, un sostén, por así decirlo, alguien en quien puedas apoyarte.
Nueve años pasaron desde la última vez que te vi. No creo necesario repetirte cuánto sufrí sin verte y cuánto sufro hoy por ti.
La separación fue innevitable, tus padres, mi hermano, los amigos, la puerta; todo indicaba que nuestros caminos se verían separados. Recuerdo todavía cuando solías cantarme esas canciones que inventabas. Con tu voz desafinada, con tu sonrisa de niña, cuando siempre llamabas a mi casa tocando la campana del pozo. ¿Recuerdas? Contigo aprendí a tocar guitarra. Contigo aprendí a decir cosas de esas que a las mujeres les gustan.
Cierto día, quisiste sorprenderme con un collar en el bosque. En el camino se te cayó, lloraste, me dijiste que algo malo había pasado. Que tal vez sería la última vez que te querría ver. Que tonta fuiste.
Después me vino la enfermedad. Y todos los días me visitabas. Fue cuando comenzaron las pruebas de los dioses. Sus mensajes, sus visiones presentadas ante mi.
Me cuestionabas, siempre lo hacías. Aún viéndome llorar ante la tumba de mi familia me preguntabas sobre nuestros caminos. Cuando me curé de la enfermedad tuve que irme, lo prometí, sé que no lo piensas de esa forma, sé que creías que no estaba en deuda con nadie, pero hoy te repito. Sí lo estoy.
Ahora, a tantos momentos de nuestra casa, camino todos los días y avanzo tan poco. La luna del bajío se convirtió en luna tucumana, la luna tucumana, en luna roja y después en luna de siempre. El camino no ha terminado. Sin embargo mis cartas terminan hoy.
No encuentro sentido a seguir intercambiando palabras que cada vez tienen menos valor. Tus búsquedas no son las mias ni la mia es tuya. Mi encuentro contigo ya no se llevará a cabo, nuestras vidas al encontrarse solo se destruirián.
Yo sé que como tú me lo dijiste, no es una sorpresa nuestra separación. Tampoco lo es que tu camino fuera opuesto al mio. Sólo quiero decirte que nunca quize separarme de ti. Lo hice porque era necesario.

1 comentario:

Abe dijo...

Bueno, a pesar de ser una persona cursi, y escribir cosas cursis, mejor ahí le dejo..