miércoles, julio 27, 2005

Vigilante letargo

¿Cómo encontrar palabras, gritarlas y hacer que lleguen a tus oídos si soy mudo? Un gesto poco inspirador seca mi garganta, un sueño tan poco profundo que surge de tu espacio, de tu universo seductor. ¿Cómo llamarte si nunca he escuchado tu nombre?
Nombrarte me suena tan común, tan visto, tan lleno de lo mismo. Quisiera encontrar el sonido que me lleve a ti, a tu encuentro, donde brillas, entre las palmeras, entre los jaguares. En ese brillo jade, en tu irrompible color.
Llenas todo, lo vacías después para confundirnos. Te apropias de la cercanía, te vuelves dueño del entorno. Eres el que se forma a voluntad, el que se da vida y muerte, el que nos da la calidad de ser. Eres la palabra prohíbida, escondida entre los ídolos y sus seguidores, oculta en los mantos de las vírgenes, en las manos de los santos, en las alas de ángeles.
Tuviste que irte por un tiempo mientras todos perecíamos. ¿Suena el tambor? ¿Suena la flauta? O solamente escucho tu canto, tu canto que marca el retorno. El fin de la búsqueda por el líder y señor de los ejercitos. Llama con el cuerno, llama con la piel retumbándola, unifícanos, conviértenos a tu poder.
Mientras espero, me sentaré en la banqueta, afuera de mi casa, mirando los carros pasar, mirando los aviones volar sobre mi calle, sobre mi ciudad. Miraré los mercenarios, los caídos y los futuros guerreros. Porque debo decirte que creo en ti. Sé que volverás, sé que te veré y que reconocerás mi rostro, mis ojos y mi voz, humedecerás mi garganta con tu canto. Y me dejarás morir por ti.
Hasta entonces manténme en este momentáneo letargo y dame la furia del jaguar para destruir a tus enemigos cuando el momento llegue.

1 comentario:

Abe dijo...

la lucha ahora será interna, la lucha será en silencio...Y aunque nadie la llame, ella vendrá, pues nunca hay paz duradera...